CLASIFICACIÓN DE LAS SALSAS

Las salsas se pueden clasificar de diversas formas: por su temperatura, por el tipo de plato al que acompañan, por su textura... aunque la clasficiación de las salsas más empleada y tenida en cuenta en el mundo de la cocina, es la que a continuación os mostramos, y es la referente de forma genérica para todas las salsas que se emplean en la gastronomía. Según la misma, las salsas se clasifican en:

 

1- Grandes salsas básicas: Aquellas salsas que son elaboradas con un proceso de preparación largo, y que son la base para preparar otras salsas diferentes. Ejemplos de estas salsas son la salsa bechamel, la salsa de tomate, la salsa demmiglace o la salsa veloutés.

 

2- Pequeñas salsas básicas: Su tiempo de preparación es corto, y además sirven de base para la elaboración de otras salsas. Ejemplos de salsas básicas son la mayonesa, las vinagretas y la salsa holandesa.

 

3- Salsas derivadas: Son las que se elaboran a partir de una salsa básica pequeña o grande, y tienen un proceso de elaboración corto. Son las salsas más numerosas.


4- Salsas emulsionadas: Reciben su nombre porque se consiguen crear a partir de uno o más elementos en suspensión y uno en movimiento. Se dividen en dos grupos: las frías y las calientes. Las primeras son elaboradas a base de aceite, vinagre y sal, siendo la mayonesa la base de mismas, como por ejemplo la salsa tártara, la salsa cocktail o la salsa andaluza. Las segundas se componen de mantequilla, yemas de huevo, vino, vinagre, zumo de limón, pimienta y sal, como por ejemplo la salsa holandesa o sus derivadas, como la salsa mouseline, salsa charon o la salsa bernesa.

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